martes, 20 de octubre de 2009

Recordando letras de Borges...


“Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito, están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales.
Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra.”
JORGE LUIS BORGES

sábado, 10 de octubre de 2009

Si, cuando tengo oportunidad... dibujo y pinto...


En este sàbado lluvioso intentarè mostrarles aquella otra forma de expresiòn que cada tanto me aflora, y , aunque soy autodidacta, cada vez que puedo intento perfeccionar.
No me pidan que estudie nada que no estè en internet, o en algùn suplemento de biblioteca, no es para tanto... las academias estàn lejos de mi... por ahora...
Aquì les muestro, este que acabo de terminar y serìa algo asì como Emulando a Modigliani... con mi estilo algo naìf, algo fuera de molde, jaja, como siempre... pero buscando... intentando... amando...
Abrazos inmensos

viernes, 9 de octubre de 2009

Hoy no tuve ganas de escribir...

Y... a veces pasa..., que vienen èpocas en que me dedico un poco a otras cosas. O ando con la cabeza decolocada, entre ires y venires de la vida cotidiana.
Es en esos momentos en que pienso en acallar esas voces que me traen historias o hacen que camine por la vida pisando cuentos, por todos lados...
Pero aùn asì, difìcilmente logro deshacerme del todo de las letras y expresarme por entero, de otro modo...
Y ayer, entre pitos y flautas, y como el pan que pretendì hacer, espantando a las musas inmateriales, no levò en su molde, y mi cabeza seguìa girando entre otros quehaceres, finalmente, en la noche saliò este texto, que publico de todos modos, contra toda certeza, y que pretende ser algo asì como una narraciòn realista y màgica a la vez.
Es cortita, espero guste, o al menos arranque una sonrisa, o alguna reflexiòn.
En mi caso, la de no dejar nada nunca para mañana! Menos, si de escribir se trata!
Abrazos inmensos!

Acallando el silencio...

Hoy, ni bien abrí los ojos, percibí el estruendo sordo del silencio…
Veía venir un día perdido, mis planes, echados por tierra, y todo… todo por ese atronador silencio que se apodera de vez en cuando de mis sentidos.
Me levanté subrepticiamente, porque lo sentía distraído en su marea volcánica de sensaciones, pero los perros que duermen en mi casa, al despertar conmigo, lo alertaron y comenzó a acosarme.
Mi idea primigenia era dedicarme a tareas domésticas, no a conversar con ese silencio atroz que si bien es musa y, en su delirio, me ayuda a concebir mis mejores cuentos,… también es a veces, un obstáculo.
Con el primer café en la mano, y mis medicinas tragadas y disueltas en mi estómago, salí al jardín, a organizar mi jornada. El silencio me seguía… Estaba donde yo estaba, miraba lo que yo miraba… el rincón donde plantaría las tomateras, la rosa amarilla recién abierta, el limonero otra vez con pulgones… Y, por más que hacerme la tonta me sienta bien, mi gran silencio de brazos cruzados y mirada insistente, allí seguía, a centímetros de mí, respirándome en la nuca…
Argumenté, para disuadirlo, situaciones ciertas… El pasto necesitaba límites, el ligustro trepaba sobre la paja del quincho conquistando territorios vecinos, y también, pedía a gritos, un poco de educación… Incluso las hojas acumuladas en la vereda, se movían inquietas, ansiosas, esperando ser tomadas por asalto y destinadas a la bolsa de desperdicios ya que el recolector de basura no tardaría en pasar…
Pero mi silencio no entendía razones, decía tener una idea, sopesaba personajes, medía circunstancias, y según su criterio, la cuestión no podía dilatarse más.
De todos modos logré mantenerlo a raya, no pudo impedirme tomar el ansiolítico que siempre lograba acallar mis demonios….
Y asì lo hice...
Mientras trajinaba, atareada, peinando el verde caos, muñida de rastrillos y palas, lo veía de reojo sentado, con su musculosa anatomía desparramada sobre la silla playera en la que permanecía, algo así como atontado, y con una mirada de buey degollado que partía el alma.
Pero el asunto es que hoy logré acallar este silencio escandaloso, lo dejé de lado, y ahora me pregunto si no habré hecho mal…
No se si mañana, cuando me siente finalmente a escribir, este silencio silenciado recordará lo que tenía para decirme…

viernes, 2 de octubre de 2009

La espera...

A veces la espera puede ser dulce...
A veces puede inducir a avivar una pasiòn...
otras veces, la espera incluso...acerca a una reconciliaciòn...
Pero cuando la espera se hace rutina...
Sòlo anticipa, la muerte de un gran amor...